domingo, 10 de marzo de 2013

Gooooooooooooooooooool!!!!!

Al fin! Qué alegría, se acabaron las estadísticas sombrías, que tanto sin ganar, que tanto sin hacer goles, que tanto sin ganar de locales. Esa insistencia es molesta. Lo que hay que decir, en todo caso, es que algo falla en el club para que ocurran semejantes campañas. Ganó Defe, y encima jugando bien, con autoridad.
Fue toda una sorpresa, por ejemplo, la calidad de Canario para desbordar y abrir la defensa de Estudiantes con toques sutiles, aunque tenga alguna inseguridad para la definición. Es que Defe pudo haber ganado por más de dos goles de diferencia. Por qué, uno piensa, hubo que tener la soga en el cuello para convocar a este delantero o al mismo arquero que jugó anoche, para tener bien cubiertos puestos claves.
Pero hay esperanza! Bien también Tarabini, y el loco de Fioretto, que le pega a la pelota como pocos en el fútbol argentino, pero que sabemos que le falla una tuerca –increíble cómo se hizo amonestar cuando fue reemplazado--. Y la vuelta del Flaco Alberich que le dio seguridad a la defensa. Y el voluntarioso de Serrano, que uno empieza a entender por qué pasan los técnicos y él siempre juega.
Si Cachín no se caga y manda al equipo adelante aunque vaya ganando, Defensores puede renacer. Anoche se le gánó con claridad a un rival que estaba arriba y que nos llevaba veinte puntos.
Hay que sumar, y si se puede, como anoche, con muy interesantes pasajes de buen fútbol.
PD: Hay que reconocer lo que es: muy buen estado del campo de juego!

martes, 5 de marzo de 2013

La muerte de Chávez

Tanto odio dio sus frutos: la muerte otra vez. Es lo que suele sobrevenir en este mundo de desencantos, cuando eso seres tocados por la excepción absorben hasta no poder respirar el dolor de la injusticia, la pobreza, mientras bailan sobre su cadáver la danza diabólica los desalmados, los infectados por el egoísmo y la acumulación.
Sin Chávez a Latinoamérica se le volverán abrir las venas, es como si la fortuna se esmerara en ausentarse y hasta mirara con una sonrisa cínica las profundas inundaciones que nuevas lágrimas del pueblo dejan caer absortas por sus mares y montañas, mesetas, ciénagas, desiertos y valles.
Pareciera que los que nos dan voz no deben hablar. Es un dictado de un dios furioso que no puede aceptar que los latinoamericanos seamos más libres, más solidarios. No quiere ese dios que se mece entre ricos y poderosos, que los pobres sean menos pobres, que los niños no se mueran tanto, que no haya tanto engañado que deambule sin pensar.
Habrá fiesta, seguro, donde siempre hay fiesta sobre la privación de muchos. Andarán destapando risotadas malditas como luciferes nuevamente triunfantes. Nosotros, en tanto, nos miraremos sin saber qué hacer ante tanta crueldad del destino. Sentiremos escalofríos por el adiós inaudito de uno de los mejores de los nuestros. Quedamos otra vez desamparados, acá abajo, en este sur que hacía lo posible para existir pero que sin Hugo Chávez será otra vez una tentación para la invasión del desconcierto.
Pero desde su tumba seguro se va elevando el comandante para juntarse rápido con Néstor y pedir una reunión urgente con el Che, Bolívar, Belgrano, San Martín, Artigas, que ya están abriendo la mesa chica de la Patria grande para que todos juntos puedan pelearle al cielo su costumbre de caercenos encima.