jueves, 31 de agosto de 2017

Me duele Santiago en todo el cuerpo


Tengo a Santiago doliéndome en todo el cuerpo. Mis pulmones no se contraen como siempre  y no es por mi vieja agresión de humo: es el aire que huele extraño. Mis tripas andan ruidosas, páncreas, hígado, intestinos parece que andan de piquetes porque en este último mes nada me cae bien. Mi corazón pide piedad a las caprichosas neuronas: no encuentran otro razonamiento que no concluya en la inmediata aparición con vida de Santiago Maldonado. Las neuronas que todavía no fueron  vencidas sometidas por mis ojos  al prender la TV, insisten con reunirse a cada instante para que mi cabeza explote de bronca: testigos, fotos, pruebas confirman que Santiago fue mandado a desaparecer por el Estado que hoy conduce Macri. Mi hemisferio izquierdo que anuda sueños, fantasías, a veces afiebradas ficciones, me dice todavía que no puede ser verdad.
Así las cosas, mi corazón puja por salirse del pecho y mis pobres piernas amenazan con correr ante el primer barbudo bueno que se asome, ante el primer joven que pase de rostro confeccionado con fruición por duendes y hadas. Pero Santiago no parece bueno, es. Maldice el capitalismo, la obligatoriedad de consumir y no sabe cómo tolerar las injusticias. Por eso no las tolera, y cuando puede da una mano con una de las dos que tiene, armado únicamente con su certeza tan vital de que la tierra debe ser de todos.
De repente  mis manos quieren intentar que haga la vieja vertical de la gimnasia escolar. Intento entender que es para que mire el mundo al revés, porque tal vez patas para arriba uno se lleve mejor con la sociedad. Es que no puede ser que siempre caigan los mejores, los buenos, los justos.

Pero mis brazos ahora quieren otra cosa. Quieren abrazar, abrazar, ir abrazando, ir del brazo a esa Plaza de Mayo habitada de pañuelos. Mañana cuando sean las cinco, abrazando y preguntando por Santiago Maldonado, tal vez  la verdad se haga temblor que haga caer, al fin, a los abnegados precarios de la mentira.             

martes, 1 de agosto de 2017

Al fin se fue Fito: ojalá que suba Comu


Al fin se escucharon nuestros ruegos: el antifútbol del Dt que soportamos durante 5 años, se fue. Chau Fito, gracias por no pagarme el oculista. Los dirigentes dijeron: oia, todos la gente putea a Fito, es cierto, somos dirigentes, y echaron de mala manera a Della Picca (por teléfono, no les sobran los buenos modales) y agarraron un teléfono: el obvio era el de Nardozza, no sea cosa que hagan muchas entrevistas....
Pero de todas maneras le abrimos crédito. Ya buscó un enganche, palabra prohibída en la era pasada. Tiene un equipo de trabajo que parece más serio. Y echó a todos esos 9 del recontra subdesarrollo que manteníamos. Ojalá haga un trabajo a largo tiempo con las inferiores. Pero que no (curre) ocurra  lo de Barbieri, y lo de Ceratto, y lo de.... Que la inferiores no sean un negocio....

El ascenso es para Comunicaciones

Todos extrañamos a don Julio cuando se hizo cargo esta mafia decadente de Tapía-Angelici-Moyano. Pero sino le dan por ganado el partido a Comu, es porque de la misma manera que de Turner y Clarín para cobrar el fútbol, recibieron plata de Stinfale, un personaje complicado que apareció en Riestra para lavar guita. Un jugador de Riestra entró a suspender y a agredir, el reglamento lo contempla: Partido ganado a Comu, y una buena cantidad de puntos de descuento a Riestra en el torneo que jugaba, la B Mettro. Trabajé en los principales medios, viví del fútbol, viajé mucho. Soy hincha de un equipo de la B Metro, de Defensores, y detesto los manejos patoteriles de su presidente Achile. Que increíblemente es el número 5 de la Afa, sino me equivoco. Después de amenazar todo el tiempo con llamados y aprietes a los opositores en el club (a mí me amenazan todoe el tiempo). Hace casi 25 años que no puede votarse en Defensores. Es un dictadura. Parece que de esta gente está conformada la nueva AFA. No esperemos milagros. Pero si se roban como nunca el fútbol... Agarremos los brolis, veamos cine, teatro, y que se me metan el curro permanente en el orto.... (con perdón)