Es un proceso terminado el de Fito. Ni sus jugadores-base le responden. |
Hasta cuándo Defensores, hasta cuándo sin ganar y hasta
cuando jugando tan mal. Hace rato que decimos que Della Picca quedó en la
baulera de los conceptos futbolísticos. Fito atrasa, es antiguo, no cambia, no
entiende la dinámica del fútbol de hoy, siempre juega igual y ya todo el mundo lo
conoce a su Defensores. No es una cuestión del plantel. La categoría de la B
Metro es muy pareja, y con los jugadores que tiene Defensores tranquilamente
podía tener expectativas, pero este técnico te arruina toda esperanza: por más
que Defe arañe una victoria por alguna pelota parada o por el aire, uno ya sabe
que cuando juega Defensores se dispone a darle terrible padecimiento a sus
ojos.
En la Copa Argentina y por culpa de Della Picca, Defensores perdió
una gran posibilidad de ir al menos a
los penales frente al peor Arsenal de los últimos tiempos. Cuando se logró el
empate en 1, Della Picca no pudo con su viejo miedo, y realizó cambios incomprensibles
mandando groseramente al equipo atrás, y eso no se hace: darle la pelota y el
campo a un rival de dos categorías superiores, es un suicidio (por más que sea
esta mala versión del Arse).
En los tres partidos que lleva en el torneo, Defensores no
jugo a nada, a N A D A. De mitad de cancha para adelante no se tiene la menor
idea, salvo la táctica de los pelotazos de un siglo atrás. Al pobre de Escobar, hábil parece, lo arruina
el entrenador como todo hábil que pase por sus manos. De verdad, si un
millonario decidiera ceder a Messi a Defe, pobre Leonel, lo haría bajar a
defender y a apretarse contra la raya
como carrilero. Encima, tiene el tupé –en colaboración con nuestro presidente-
de bajarle el pulgar a Fioretto, que quería volver a Defe donde dice que se
siente como en su casa. El Loco firmó para Riestra, que casualmente está
haciendo una buena campaña. En el antiquísimo esquema de Fito, Fioretto vale
oro, por su precisión en las pelotas paradas, una precisión única en esta
categoría. Por algo fue clave cuando peleamos el torneo y lo perdimos llevando
9 puntos de ventaja. Pero no, Fito se equivoca y no pasa nada.
Un párrafo aparte para el pésimo estado del campo de juego.
Tuvieron cuatro meses para arreglarlo, en fin… Pero en la conducción del club
andaban con pajaritos en la cabeza imaginando delirantes destinos. Y así estamos…
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