No se puede jugar al fútbol profesional cuando en un plantel insólitamente diezmado como el de Defensores, no hay arqueros y delanteros con la mínima jerarquía.
No se puede llegar a nada importante cuando el club es manejado casi en forma unipersonal. Y las consecuencias son peores, porque esa persona, entre otras cosas, no sabe nada de fútbol.
No se puede trabajar tan poco en la elección de un proyecto amplio para el fútbol. Pasó más de una década desde el ascenso obtenido con Duró como técnico. De todas maneras, en este disparate grande que se hizo con el fútbol en esta temporada, con lo que queda de plantel no nos puede salvar ni Dios.
No se puede seguir pagando 45 mil pesos mensuales a un jugador terminado como el Burrito Ortega. Con esa suma, podrían estar 5 jugadores de 9 mil pesos mensuales con hambre de gloria y crecimiento, materia ya cumplidas por el Burrito. Pero para eso hay que recorrer, ver, trabajar, buscar y buscar jugadores que darían la vida por vestir la rojoinegra.
No se puede tener en el club en cargos importantes, personas que sólo miran para el lado del Monumental, y que aspiran a quedar bien con River, su verdadero club, a costa de Defensores. Personas con malos antecedentes en Defensores, como haber manejado el dinero del fútbol profesional en el descenso de 2005, y haber apoyado la ida del club a Derqui.
No se puede ser tan lacayo de los grandes, pues el club le está dando una gran mano a River contratando y pagándole el sueldo a Ortega – y también pagándole a Ludueña-, que de esa manera no se decide a inhibir a River, por la gran deuda que mantienen con él.
No se puede continuar con esta forma de conducir al club, porque Defensores se va quedando sin gente, sin actividades, sin fútbol.
No se puede... No se puede más.
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