Los DT están acabando con la gracia del fútbol

Es lo peor del fútbol de hoy: el director técnico. Quedó demostrado de vuelta con el desperdicio de una generación dorada del fútbol argentino por parte del Tata Martino, un tipo que fracasó en Barcelona, donde sólo hay que dejar jugar, pero que sin  embargo fue contratado por nuestros  nobles dirigentes del fútbol, que siempre andan pensando en otra cosa: cómo acumular más dinero. También la había desperdiciado Alejandro Sabella, para ser justos. Recuerdan cuando salió en el primer partido con línea de cinco... Sólo quieren mantener su negocio, su quintita, durar si se puede, y seguir cobrando los grandes salarios. Martino le faltó el respeto a la gente que le gusta el fútbol, que le gusta jugar, que le gusta atacar, arriesgar, un poquito de magia, el toque, aventurar, al no haber puesto casi nunca a Tévez, un tipo que ayudó a sacar campeón a Juventus, como otro datito de su extensa y brillante trayectoria. Y Lamela, ese exquisito? Ni un minuto, no sea cosa que desequilibre, y tal vez les deje a los rivales espacios. Siempre el cambio fue Banega, un fracaso en el propio Neweell´s pecho frío que otra vez le dio chapa a este cavernícola Martino que simula que siempre es la culpa del referí.

¿A quién les hacer acordar? A nuestro querido Fito Della Picca. Es cierto que los árbitros no nos están favoreciendo, pero la realidad es que no contrarrestamos con nada de fútbol. No se puede esperar todo el tiempo el error del rival, un centro, un  cabezazo y esto es todo. Lo lúdico del fútbol, es borrado por esta corporación de técnicos que aspira a llegar al éxito con el mínimo riesgo, porque si finalmente sale mal, vamos a declarar que estuvimos ahí, empatando, 0 a 0 o 1 a 1 todo el tiempo. No hay golazos, no hay toques, no hay halagos, todo es sufrimiento, ganar es como una condena. Déjense de joder, Fito, Martino… Y si pensamos en Brasil, en cómo gozábamos con el fútbol de Brasil, al menos lo que tenemos ya algunas décadas acumuladas... Pero llegaron Felipao, Dunga, los ladrones de Texeiera and company en la Confederación brasileña, similares a nuestro Grondona a quien sólo le importaba facturar, y entonces como el negocio era sacar jugadores con la fama de Brasil, dejaron la pelotita en las prácticas y todo fue entrenamiento físico, para sacar jugadores como envases de soda. Y ahí se lo ve a Brasil, con el energúmeno de Dunga en el banco , pisoteando tanta gloria, siendo un equipo del montón, del recontra montón. Todo igualado para abajo. El fútbol está siendo sólo el negocio de unos muchachos que ya no me concierne...