Carta abierta a los jugadores

Quiero contarles que cientos y cientos y cientos de hinchas de Defensores diseminados por el país y también por el mundo, tienen depositados en ustedes el futuro de su alegría. De ustedes depende que nosotros, los hinchas, logremos calmar un poco los nervios o vivamos a ansiolíticos en estos próximos tres meses. Deben saber, que nosotros, los apasionados hinchas del Dragón, estamos toda la semana pensando en las posibilidades matemáticas con las que contamos para conservar la categoría, y así acudimos a matemáticos que diseminan en anchos pizarrones infinidad de cálculos de probabilidades, a burócratas de la calculadora que diseminan centésimas en números inagotables, y hasta más de uno ya acudió a ver pitonisas y curanderos para que a través de bolas luminosas, o por intermedios de pelos de cabra y sapos muertos, se pueda vislumbrar o modificar la suerte del Dragón. Sepan que de ninguna manera están solos. Estamos pensando en ustedes cada día de la semana, imaginando los entrenamientos y un juramento que entre todos se hacen para salvar al Dragón. Queremos pedirles a los de mayor personalidad que inviten seguido a una charla a aquellos que titubean, a los que les fallan las fuerzas, a los que no tienen toda la fe y confianza necesarias que requiere este momento tan particular. Los hinchas queremos que ustedes los futbolistas jueguen sin ataduras, que sean libres en la cancha, que busquen casi enfermizamente el arco rival, porque la salvación viene navegando únicamente a bordo de actuaciones victoriosas. Para qué especular si el punto, el empate, en la situación de Defensores, deja la amarga sensación de un benévolo tratamiento médico que apenas extiende la vida unas horas . Hay que salir a ganar, muchachos, porque otra no queda. Nosotros, los hinchas, estamos junto a ustedes, en la presencia, con el corazón, en el pensamiento continuo. Sepan que en el mundo del fútbol no hay demasiados hinchas tan fervientes como los defensoristas. Nos creemos únicos, como creemos único a nuestro club. Por eso para nosotros ustedes son los mejores. A jugar bien y ganar se ha dicho, que nada está perdido. Echen fuego, jugadores, para que dentro de tres meses todos juntos ardamos inmensos de felicidad…