Para alcanzar el objetivo de salvarnos, hay que jugar mejor

Peor no se puede jugar. Es cierto, como dicen algunos, que los 8 puntos que Defensores sumó en el arranque del año hasta parecen afortunados por la notable falta de fútbol del equipo. Pero también es cierto que el fútbol que se practica hoy en este país sufre un mal endémico que le hizo olvidar la generosidad del pasado, y ahora sencillamente se trata de otra actividad, se trata apenas de una disciplina física en la cual se corre, se marca, se golpea, y en la cual va quedando en desuso el trato de la pelota y por ende de los enganches y ni hablar de los wines, y cada vez son más acotados los planteos ofensivos. En este triste panorama, entonces, la forma de jugar de Defensores es sólo una más. Pero la cuestión es la situación especial que atraviesa Defensores. El empate no está mal en la cancha de Platense, pero la cuestión es cómo se lo obtuvo. Por supuesto que se puede ganar, empatar y perder contra cualquiera, esto es fútbol y fútbol argentino. Pero si el empate se da tras una actuación digna de ir a buscar también el arco de enfrente, bueno, está bien, no siempre se puede ganar. ¿Pero qué le puede haber dicho Della Picca a los jugadores antes de salir a la cancha de Vicente López? “No se les ocurra desprotegerse, todo atrás y los dos de puntas que se las arreglen, ah, y que también colaboren defensivamente...”, es lo que suponemos por lo que se vio. Dieron ganas de llorar ver la postura de Defensores por la web – y encima padeciendo los comentarios de una loca de Platense- tirándola a cualquiera lado, haciendo tiempo, sin crear una sola llegada más o menos sería. Es muy complicado jugar así y salvarse del descenso, con todos los puntos que hay que sacar. Ojalá que Fito nos tape la boca, aunque habrá que ver si seguimos vivos de tanto sufrimiento. También es cierto que es un drama para este Defensores hacer un gol. Pero cómo no va a serlo… Yo no voy a defender a Romero, porque a mí también me pone nervioso su forma displicente de andar por la cancha. Pero tampoco es mucho lo que puede hacer, porque es muy poco y no en buena forma lo que le llega. Con el esquema de Della Picca se hace difícil la generación de juego. Y si bien lo planteado ante Platense –como si el calamar fuera Barcelona…- fue el colmo de lo mezquino, el dolor de cabeza que nos provoca constantemente Fito es que ni de local cambia de esquema. Al pibe Vergara también lo está arruinando, como a Colitto, poniéndolo de carrilero por izquierda: Fito, entendé, a esos jugadores hay que dejarlos sueltos en tres cuartos, tienen la matriz que se resiste a morir de los enganches.

En fin, seguimos gastando fósforos prendiéndole velas a la virgen que no tenemos, haciendo promesas, haciendo cálculos y proyecciones. Ahora viene Barracas al que se lo debería pasar por encima desde el planteo táctico. Si ganamos, quedaríamos ahí nomás de los camioneros. Barracas lo tiene al Gato Daniele de DT, al que ya padecimos con su línea de tres, así que debería entrar el chiquito Aguirre para abrir la cancha a pura velocidad, con Grecco por el medio.

La solución de Defensores en los segundos tiempos no puede ser únicamente Serrano. Si es así, no estamos bien. Una pérdida de pelota de Serrano cuando entró ante Platense, por ejemplo, obligó a Goux a salir a cortar lejos, y le costó la expulsión. Nada menos que Goux, que más allá de lo que saca, va bien arriba cuando lo dejan subir, y además contagia como nadie dentro de la cancha. Y después viene Chicago, el puntero. Un amigo me dijo que si Fito salió así a jugar en Vicente López, en Mataderos pone dos micros frente al arco. ¡Cómo si fueran qué! Colón, Godoy Cruz, Belgrano pasean a River y Boca, y nosotros vamos temblando de miedo a una cancha de la B Metropolitana… Si todo se ha igualado para abajo en Primera, imaginemonos dos categorías menos. Tal vez nuestro DT aspira a la media inglesa, ganar de local, empatar de visitante, o que se dé en lo que resta del torneo esta serie de puntos, ochos sobre doce, y así salvarnos. Primero que ni sé si así nos alcanza, y segundo, ni hablar, en este fútbol pauperizado no hay nada seguro.

Pero lo que nunca se va a modificar, a pesar de todo, es que cuando mejor se intente jugar, será más factible aspirar a alcanzar los objetivos.