Vamos vamos Defensores, vamos vamos a ganar...

Transpirados, contracturados, rogando a no sé qué inmaculada, yendo de acá para allá, maldiciendo a esos ignotos y pseudos periodistas de TyC que como corresponde a estos tiempos se ofrecían alcahuetes al discurso del que manda; casi gateando para que cada segundo pasara, para que al final por fin se nos diera una….¡Y se nos dio, carajo! Estamos de fiesta porque dejamos al desnudo y ante todo el mundo que Atlanta no es más que un aceptable equipo, pero nada invencible. Y porque demostramos que a Defe siempre hay respetarlo.
Habíamos dicho que estas cinco fechas eran claves y por ahora nos equivocamos por poco y por culpa de ese maldito gol en la hora de Brown. Atlanta ya perdió dos, y ahora le toca afuera el difícil Acassuso. Y Defe suma…
Era un partido esencial contra Atlanta. Su cancha era inexpugnable, quería festejar las 10 victorias consecutivas, hacía 10 años que no ganábamos en Villa Crespo, pero Defensores salpicó a todos con su historia refutadora de leyendas, siempre desinflando vanidades ajenas, siempre defendiendo su dignidad. Y en este histórico triunfo hasta salpicó con esas gotas de sangre del Lobo Montenegro, que jugó un segundo tiempo impresionante después de que lo maldijeramos en el primero. ¿Y Coria? Qué despliegue, peligroso… Cómo no ponerlo antes, Fito… Nos falta como siempre el jugador que genere juego pero esa ya es una resignación. En el entretiempo hablábamos con amigos que de la única forma que Defensores podía ganar el partido era con huevo, mucho huevo, ante un rival tibio pero que mostraba algunos jugadores con mayor manejo. Y se ganó con huevos, y con pinceladas de fútbol y amenazas del 3 a 1, cuando se juntaron Becica y Mansilla, pero Jacobo nos clavó una daga con su expulsión demasiado infantil. Grata fue la sorpresa que nos dio el DT cuando en el arranque del complemento sacó a el hombre-nada de Lucho González –hasta cuándo vamos a jugar con uno menos-, para poner de enganche a Becica. Y que bien le cae a Defe jugar con enganche: se ilumina. Pero duró poco, porque la expulsión de Mansilla obligó a Fito a mandar a Becica a cubrir la banda izquierda.
Y la defensa brillando en sus centrales. En Montagnoli y Alberich y en un arquero Griffo que en la tarde de Villa Crespo hizo méritos para su monumento. Dio seguridad siempre, y sacó un bombazo de afuera, que hasta los títeres de la TV decidieron admirar. Con un arquero en este nivel, corremos con ventaja.
Ya parecemos unos cargosos, Fito –se confirmó su paternidad sobre Atlanta-, pero ante San Telmo poné un enganche, please, así definimos rápido el partido para no sufrir nada porque ahora quedamos felices pero de cama.
Los de arriba son gallinas, claro, por eso vieron un Dragón y cómo cacarearon…