martes, 2 de noviembre de 2010

Una nueva Patria inmensa

Propongo derretir las fronteras de la América latina con el fuego de los pueblos, de esos pueblos que son capaces de llorar sin rubores a sus líderes, de esos pueblos que han dado su sangre a ríos de lucha, de esos pueblos trabajadores que ni han recibido la ventaja de una brisa, y que se han ganado el pan de cada día con el aliento mayor de besar en la frente al hijo.
Que se derrumben las fronteras en terremotos de hermandad, que el Pacífico y el Atlántico se fundan en un mar de miradas sonrientes y que en nuestra América profunda broten las flores de la solidaridad por ser uno, todos uno. La gran patria de San Martín y Bolívar,de Sandino y el Che, de Martí, de todos los pueblos originarios que renacerán de sus cenizas briosas que pisarán los huesos del cipayo conquistador.
Que desaparezcan las fronteras y aparezcan los desaparecidos, para que marchen triunfantes a través de campos y montañas, lagos y planicies, y se reúnan entre tanto valle maravilloso a celebrar la nueva vida. Aquellos muertos torturados de lo que era Argentina, Paraguay, Uruguay, Brasil, Colombia, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua serán el ejército de la memoria, y ya no habrá más noche en la América latina, ni roedores siniestros, ni cuervos.
Que la moneda se llame “latinoamericana” y que circule en las manos más curtidas, que vista, alimente, eduque, cultive y que no abunde en unos más que en otros; se acabarán obscenos millonarios, y será sólo un dolor curado, un mal recuerdo, el terrateniente.
Y que el subcontinente hirviente elija un triunvirato que gobierne, que elija entre Correa, Cristina, Chávez, Evo, Mujica y Dilma. La nueva patria inmensa tendrá la constitución de los libres y de los iguales, y no habrá ni credo ni color que distinga porque la alegría perdurará sobre el ruego, y el arco iris se nos pegará a la piel y ondulará como flamante bandera.
Nuestro gentilicio será definitivamente latinoamericanos. Y no habrá mundo ajeno que nos perturbe.

1 comentario:

  1. ¿Qué tenemos en común los latinoamericanos? ¿Haber sido nuestros países colonizados por un mismo país (o dos)? Pasó mucho tiempo desde eso.
    Necesitamos un gobierno más cercano. ¿Qué pensarán millones de argentinos cuando el pueblo se expresa en la Plaza de Mayo, tan cercana para los porteños y distante para ellos? ¿Un tercio puede decidir en lugar de dos tercios?

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