Miguel Porcel, el raro hombre de los tres pulmones

Este cordobés de Villa María fue uno de los grandes hallazgos futbolísticos de la temporada. Con larga trayectoria en el ascenso (debutó en Brown de Arrecifes y después anduvo por Colegiales, Flandria, Estudiantes, Morón y Tristán Suárez), parece haber llegado a su madurez ideal, esa en la que pueda desarrollar todo su aprendizaje con el buen estado físico de respaldo.
Porcel parece un toro en el medio que cuando va a hacia el banderillero rival, lo deja sin capa, sin floreo y el ole se lo lleva para él y su equipo. Hay jugadores, en este Defensores sorprendente, que resultan claves. Y uno de ellos es Miguel, porque corta casi siempre el arranque del rival, y con Sommariva al lado se convirtieron en un tándem donde el equipo descansa. A veces uno cree que se va a fundir de tanto despliegue, pero va y viene, limpia en el medio, baja, sube, y cuando en la formación del equipo no figura Porcel, uno tiembla. Ahora tiene 4 amarillas y uno vuelve a temblar, a rogarle que si puede le tenga la riendas cortas a su potencia.
A un día exacto del partido de ida en Mataderos, Miguel Porcel dice:
“Somos los de antes. Si caímos un poco fue porque tal vez nos relajamos cuando Atlanta se nos escapó para el título. Todos los rivales son duros, Chicago también lo será. Pero nosotros tenemos muy en claro que tenemos que traernos un buen resultado desde Mataderos. Pero Defensores no especula. Hasta ahora ni usamos la ventaja deportiva. Tenemos que hacer como contra San Carlos, convertir en el primer tiempo, para después no correr riesgos. Pero estamos confiados porque recuperamos el nivel, y sabemos muy bien lo que queremos en la cancha”.
Una parte de la columna vertebral del equipo pasa por Porcel. Ganémosle 2 o 3 a 0 a Chicago en la ida, así se hace amonestar, y espera limpio los dos partidos de la Promoción. ¿Y por qué no? Si él juega como lo hizo ante San Carlos, y otros compañeros lo imitan, no es un imposible.